Hombre Chileno 35 Años

Admisible

Relato de la querella

En el contexto del Estado de Excepción Constitucional decretado por el Gobierno, el día 19 de octubre de 2019, aproximadamente a las 03:30 horas, en la esquina de calle Ramón Rosales con Humberto Caro, comuna de Quilicura, M.M. transitaba en dirección a su hogar, cuando de improviso fue abordado por funcionarios de carabineros de civil (SIP), quienes le solicitaron su cédula de identidad, diciéndole “aquí moriste conchatumadre”. Inmediatamente le exigieron que ponga sus manos en alto, para después subirlo a la parte de atrás del vehículo tipo sedán, en donde fue posicionado entre dos funcionarios. En la parte delantera iba un chofer y otro funcionario de copiloto, quien sin mediar provocación le sacó de raíz un dreadlock provocándole mucho dolor. Acto seguido, y por el transcurso de 35 a 40 minutos, fue sometido a una intensa sesión de golpes dentro del vehículo policial, que consistió fundamentalmente en golpes de puño y con palos (“un tubo negro muy duro, envuelto en goma”) en las costillas, espalda, rostro y estómago, mientras le proferían insultos y decían “pídeme que no siga”, “no te gustaba gritarme hueás”, “ahora estamos en tiempo del 73”, “te vamos a hacer desaparecer conchadetumadre” y le cortaban el cabello con un cuchillo; todo mientras el conductor subía el volumen de la radio y manejaba por diferentes calles de la ciudad. Durante la sesión de golpes, la víctima lloraba, y pedía que no siguieran golpeándolo, ruego al que los funcionarios hicieron caso omiso. En un momento, uno de ellos sacó un arma de fuego, apuntándole y diciéndole “dónde querís el balazo, en la mano, la pata o en la guata”, ante lo que M., desbordado, grita “mátame no más”. También le amenazaron diciendo “pobre que nos denuncies, te vamos a hacer desaparecer” para además retenerle su cédula de identidad, la que nunca pudo recuperar. En efecto, en un momento determinado, el vehículo se detuvo, en calle Filomena Gárate, en el sector de Lo Campino con Vespucio, donde lo bajan y le dicen “corre, corre, sin mirar atrás”, obedeciendo, aterrorizado.

Después de un rato, se dirigió a su domicilio, en donde se encontraba su madre, quien lo acompañó más tarde a un Centro de Salud ubicado frente a la 49° Comisaría de Carabineros, donde constató lesiones, para después dirigirse a la Policía de Investigaciones, en donde interpuso una denuncia por los hechos acaecidos.