Relato de la querella
El día 19 de octubre de 2019, alrededor de las 21:00 horas, la víctima, A.C.C., salió de su domicilio, en compañía de una vecina para unirse a un “cacerolazo” que se desarrollaba a pocas cuadras de su casa, en las cercanías del metro Rodrigo de Araya, en la vereda poniente, comuna de San Joaquín.
En el lugar se había congregado un pequeño número de participantes, no más de quince personas, quienes se manifestaban de manera pacífica haciendo ruido con sus cacerolas. En ese momento, observaron que por avenida Vicuña Mackenna, se aproximaban alrededor de 6 camiones militares, trasladando militares en su interior en dirección a Santiago Centro. Al llegar frente a la estación del metro Rodrigo de Araya, sin mediar provocación ni aviso previo, uno de los vehículos se detuvo y sin descender del vehículo, un militar disparó en contra de las personas que estaban en el lugar, hiriendo a A.C.C. en sus piernas.
Producto de los impactos, la víctima cayó al suelo, percatándose que había recibido el impacto de tres perdigones, dos en el muslo izquierdo y uno en el muslo derecho, los cuales sangraban profusamente, perdiendo el conocimiento en ese momento a causa del dolor, por lo que fue socorrida por la vecina que la acompañaba, quien solicitó ayuda para sacarla del lugar y trasladarla hasta su domicilio. La víctima refiere que en su domicilio se realizó curaciones en las heridas, no concurriendo a un centro asistencial por miedo, debido al contexto de estado de emergencia constitucional que se había decretado y por temor a represalias. A pesar de las curaciones, sus piernas comenzaron a inflamarse y seguía sintiendo mucho dolor, por lo que el día 21 de octubre concurrió al Hospital del Salvador, lugar en el cual revisaron sus heridas, las curaron y le dijeron que no había ningún perdigón alojado, por lo que sus heridas deberían sanar en aproximadamente 15 días.
Pese a dicho diagnóstico, las molestias continuaron, por lo que el día 25 de octubre, la víctima acudió a un médico traumatólogo, en el centro privado Integramédica de San Joaquín, lugar en el que le efectuaron una ecotomografía y una radiografía, las cuales determinaron que dos de los tres perdigones que recibió estaban alojados en su muslo, lo que explicaba las molestias que sentía.