Institución del querellado
Delito investigado
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Fecha del evento
Relato de la querella
El día 21 de octubre de 2019, D.D. y L., su pareja, se encontraban participando pacíficamente de una manifestación en Plaza Baquedano, entregando agua con bicarbonato a los asistentes que estaban afectados por los gases lacrimógenos.
Alrededor de las 18:45 horas, momento en que se encontraban ubicados en el frontis del Teatro de la Universidad de Chile, comuna de Providencia, funcionarios de Carabineros de Chile comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas y a percutar sus escopetas antidisturbios a mansalva, por lo que la pareja se trasladó hacia el semáforo ubicado al inicio de la calle Ramón Carnicer, comuna de Providencia.
Mientras ambos ayudaban a las personas que se encontraban afectadas por los gases lacrimógenos, entregándoles agua con bicarbonato, los uniformados continuaron disparando sus carabinas lanza gases y escopetas antidisturbios, instante en que D. recibió el impacto de un perdigón en el párpado del ojo izquierdo.
Tras ello, D. cerró los ojos y se lanzó al suelo, y tanto L. como personas que se estaban en el lugar, lo trasladaron hacia un punto de salud de la Cruz Roja, ubicado en la Torre Telefónica.
En dicho lugar le brindaron los primeros auxilios, efectuando una curación y extrayendo el perdigón, para posteriormente facilitarle una camioneta de la Cruz Roja, en la que se dirigieron hacia la Clínica Santa María.
Al llegar a la mencionada clínica, la víctima fue ingresada de urgencia y le practicaron exámenes para determinar si tenía algún cuerpo extraño al interior del ojo. Finalmente, determinaron someterlo de inmediato a una cirugía plástica, toda vez que el impacto le provocó un corte en el párpado izquierdo.
Según consta de un certificado emitido por el médico cirujano plástico tratante, de fecha 27 de octubre de 2019, “paciente sufre herida por objeto contuso, resultando con herida cortocontusa, palpebral izquierda de 1 cm en el borde ciliar. Se sutura bajo anestesia local. Diagnóstico: herida facial compleja”.
Tras la intervención, D. fue dado de alta ese mismo día y mantuvo una semana de reposo.
Luego de los hechos, la víctima se encuentra actualmente con secuelas psicológicas y emocionales asociadas al hecho traumático, las que son compatibles con aquellas documentadas en el Protocolo de Estambul en relación a las víctimas de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, que se manifiestan en recurrentes pesadillas al dormir, angustia y sensación de desprotección, miedo al ver a agentes uniformados y temor ante sonidos fuertes.