Mujer Chilena 42 Años

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  • Institución del querellado
  • Carabineros
  • Delito investigado
  • Tortura
  • Lugar del evento
  • Puente Alto
  • Fecha del evento
  • 21-10-2019, 13:30 hrs.

Relato de la querella

El día 21 de octubre de 2019, siendo aproximadamente las 13:30 horas, la víctima M.M.F.S., según su relato, se encontraba, junto a su hermano C. de 38 años, en una manifestación pacífica en la intersección de calles Eyzaguirre y San Guillermo, sector de Bajos de Mena, en la comuna de Puente Alto.

En ese momento, apareció un grupo de diez a doce funcionarios de Carabineros de Chile, ninguno con identificación, a dispersar a los manifestantes. A M. la apuntaron en el pecho con un arma larga que describe como una “metralleta”. La víctima sintió pánico ante la posibilidad de que pudiera ser asesinada, atendido que además del hecho mismo, es nieta de un ejecutado político e hija de ex prisionera política, condición que la hace tener un particular temor a las fuerzas de orden y seguridad, toda vez que se trata una persona que ha experimentado y se le ha transmitido por medio de su familia el miedo a la violencia estatal desde que era niña, en lo que describe como “trauma transgeneracional”.

Relata que los funcionarios policiales trataron a los manifestantes con mucha agresividad, y que en particular a ella, al ser detenida fue insultada, llamada en varias ocasiones “maraca conchetumare”(sic). Mientras estaba siendo detenida, M. indicó que tenía un hijo de 7 años, que estaba en casa y que la dejaran ir a verlo. Ante esta súplica la respuesta de uno de los funcionarios de carabineros fue “ahora te acordai de eso maraca culia (…) no te gusta andar webeando, ahora te vas a ir detenida”.

Los funcionarios de Carabineros la golpearon con lumas en varias ocasiones en su pierna izquierda, a pesar de que la víctima les señaló que tenía una discapacidad física. En efecto, M. presenta una gran cicatriz en su pantorrilla, tobillo y pie izquierdo producto de un accidente automovilístico que le dejó como secuela una artrosis en esa extremidad. Cuando la víctima les hizo presente esta condición, uno de los carabineros (descrito por la víctima como ‘rubio’) le dijo “ahora te acordai que soy coja maraca culia”(sic).

La víctima fue trasladada hasta la 66° Comisaría de Carabineros de Bajos de Mena en un furgón policial, en el que iban diez detenidos en total, cuatro varones y seis mujeres, con las cuales los funcionarios policiales eran particularmente agresivos. Mientras estuvo en la comisaría, M. no pudo llamar a sus familiares, sin embargo, su hermano fue detenido con ella, pudo dar aviso al resto de la familia, en particular al hijo mayor de M. de 19 años, sobre lo ocurrido.

Dentro de la Comisaría, la víctima fue revisada por una carabinera. Ésta la llevó a un espacio en que los detenidos podían ser vistos desde el exterior, ya que no contaba con ninguna barrera o biombo que asegurara privacidad. Se trataba de una habitación sin puerta, por donde circulaban los funcionarios. La carabinera la hizo desvestirse desde la cintura hacia abajo, le hizo hacer una sentadilla y le revisó ocularmente su parte posterior. La hizo agacharse en dirección a la cara de la carabinera para proceder a revisarle el ano.

La víctima, en repetidas ocasiones, le indicó a la carabinera que le parecía un procedimiento excesivo, invasivo y equivocado, pero la carabinera insistió manifestándole que era simplemente lo que le tocaba hacer. Luego, la hizo mostrar sus pechos y la tocó por sobre los sostenes (costados de la espalda). La víctima se quejaba y lloraba por el carácter degradante de las revisiones, frente a lo cual la carabinera hizo ingresar a otro carabinero a observar, quien increpó a M. diciéndole “ahora te haces la gueona”(sic). La víctima fue siempre tratada con insultos y de manera denigrante, y se le hacía sentir permanente que estaba siendo castigada por estar participando de las manifestaciones.

La víctima fue luego fue trasladada a la 14° Comisaría de San Bernardo, para levantar sus huellas dactilares. Durante el procedimiento, le apretaban intencionalmente las esposas de sus manos y cuando ella solicitó que no lo hicieran le dijeron “soy embará (sic) de las patas no de las manos, tú eres la coja”, y otras expresiones que denigraban a la víctima por su discapacidad. Finalmente, M. fue liberada a las 17:30 horas sin realizar la constatación de lesiones. Antes de liberarla, la obligaron a firmar un documento cuyo contenido no pudo revisar.

La víctima quedó muy afectada con lo sucedido. No realizó denuncia, ya que cuando está en presencia de carabineros siente mucha angustia y sensación de desesperación. M. ha tenido dificultades para realizar sus actividades cotidianas como trabajar o salir a sus controles médicos, se ha aislado y encerrado en su casa, no tiene ánimo de hacer sus actividades normales, ya que todo le produce temor y tristeza. Teme además, por la seguridad de sus parientes cercanos. Su hijo mayor estuvo impedido de terminar sus actividades escolares, ya que M. sentía mucha angustia si él salía a la calle, por lo que lo forzaba a permanecer con ella en la casa.

La víctima reconoce que durante la detención sintió pánico a ser fusilada o a ser reconocida como nieta e hija de víctima de la dictadura y, debido a ello, sufrir mayores represalias o castigos por parte de carabineros.