Institución del querellado
Delito investigado
Lugar del evento
Fecha del evento
Relato de la querella
El día 20 de octubre de 2019, a las 00:10 horas aproximadamente, en la intersección de calles Freire con Covadonga, comuna de San Bernardo, la víctima de iniciales J.C.G.P. se encontraba custodiando la Feria Artesanal Ayunkeyun junto con el guardia del lugar, dado el contexto de saqueos y daños que ocurrían durante el estado de excepción constitucional de aquel entonces.
De pronto, la víctima escuchó ruidos y vio la presencia de vehículos militares en las inmediaciones, por lo que se acercó a la intersección mencionada a ver qué sucedía, momentos en que funcionarios del Ejército se acercaron a él y le realizaron un control de identidad.
J.C.G.P. no llevaba consigo su cédula de identidad, y pese a que la tenía dentro de su puesto en la Feria y pidió permiso buscarlo, fue conminado por los militares para ir a la estación del Metrotren con ellos a esperar que llegaran los Carabineros.
Minutos después, llegó un vehículo policial con tres funcionarios de Carabineros, quienes lo trasladaron a la 62° Comisaría de San Bernardo donde se inició el procedimiento de identificación. Seguidamente, y sin brindarle mayor información a la víctima, lo trasladaron a la 14° Comisaría de San Bernardo.
Una vez allí, uno de los funcionarios que lo trasladó en el furgón, le ordenó ir a una habitación que se encontraba cerca de la entrada a los calabozos de la Comisaría, por el patio, junto con otro detenido. La víctima describe a tal efectivo policial como alto, pelo negro y corto, macizo, de 1,82 metros de estatura aproximadamente, y que trataba a los detenidos de una manera brusca, denostando a algunos y hablando con groserías.
En la habitación mencionada, el Carabinero individualizado les ordenó a ambos detenidos que se quitaran toda la ropa, lo cual se vieron obligados a ejecutar por miedo de ser golpeados, según refirió J.C.G.P. Una vez desnudos, el policía revisó las vestimentas y les exigió realizar sentadillas, llevándola a cabo ambos, siempre frente al funcionario.
Producto de estos hechos, la víctima J.C.G.P. se sintió muy mal, humillado y avergonzado. Este proceso duró aproximadamente 8 minutos.
Después lo ingresaron al calabozo, sin informarle cuál era el motivo de su detención, lugar donde permaneció toda la noche, hasta las 9:00 horas aproximadamente, momento en que lo dejaron en libertad, luego de firmar las actas respectivas que no tuvo tiempo para leer.