Relato de la querella
El día 22 de octubre de 2019, G. L. y sus compañeros del instituto profesional donde estudia, se dirigieron a la Plaza Baquedano a manifestarse pacíficamente.
Arribaron a la Plaza alrededor de las 16:30 horas, sin embargo a los pocos minutos G. perdió de vista a sus compañeros, dado que funcionarios de Carabineros comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas hacia donde se encontraban.
Estuvo sentado en la Plaza Baquedano, cerca de la estatua del General Manuel Baquedano, hasta que alrededor de las 18:30 horas caminó hacia el bandejón de la Alameda, frente al local de comida rápida Mcdonalds, comuna de Santiago, para tomar fotografías y observar la manifestación que se estaba desarrollando. Mientras se encontraba ahí, funcionarios de Carabineros comenzaron a disparar a mansalva, instante en que recibió el impacto de un perdigón en su rostro, a pocos centímetros de su ojo derecho.
Producto del impacto, G. cayó al suelo, por lo que fue auxiliado por un brigadista de salud, de profesión kinesiólogo, quien lo trasladó hacia el Parque Forestal, cerca del paradero PA393-Parada 1 / Plaza Italia. En dicho lugar, junto a voluntarias de enfermería lo atendieron, extrajeron el perdigón, le hicieron curaciones en la zona y le pusieron un parche.
Posteriormente, llamó por teléfono a sus compañeros con los que había asistido a la manifestación, quienes llegaron al lugar y lo llevaron hasta su domicilio.
Producto del impacto, la víctima sintió dolores de cabeza y mareos, y días después, su tía, de profesión enfermera, le realizó curaciones en el domicilio de ella.
Asimismo, la víctima se encuentra con secuelas psicológicas y emocionales asociadas al hecho traumático, las que son compatibles con aquellas documentadas en el Protocolo de Estambul en relación a las víctimas de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, que se manifiestan en episodios de angustia y sensación de desprotección, miedo al ver a agentes uniformados y temor ante sonidos fuertes.