Hombre Chileno 38 Años

Home > Casos > 2045 – Hombre Chileno 38 años – Apremios ilegítimos – Carabineros
  • Institución del querellado
  • Carabineros
  • Delito investigado
  • Apremios ilegítimos
  • Lugar del evento
  • Santiago
  • Fecha del evento
  • 29-10-2019, 18:20 hrs.

Relato de la querella

El día 29 de octubre de 2019, C.C. y J.H., luego de salir del trabajo se dirigieron a la Plaza Baquedano para participar pacíficamente de una manifestación que iría hacia La Moneda.

Cuando se encontraban a la altura de Avenida Libertador Bernardo O’Higgins (en adelante, Alameda) con avenida Santa Rosa, se vieron en la obligación de retroceder hacia el oriente, pues un gran contingente policial estaba impidiendo el paso, con carros lanza aguas y lanza gases, además de funcionarios de Fuerzas Especiales a pie disparando perdigones y bombas lacrimógenas.

Con su amigo J. se dirigieron hacia el cerro Santa Lucía, donde se quedaron algunos minutos, con la intención de regresar hacia la Plaza Baquedano. Sin embargo, no fue posible, pues funcionarios de Fuerzas Especiales de Carabineros llegaron al cerro, lanzando bombas lacrimógenas y disparando escopetas antidisturbios a mansalva.

En ese instante, C. perdió de vista a J., quien se quedó en el cerro, mientras él corrió hacia la calle Victoria Subercaseaux. Cuando se encontraba en la esquina de dicha calle con la Alameda, alrededor de las 18:20 horas, vio a un grupo de aproximadamente 15 funcionarios de Fuerzas Especiales de Carabineros, que venía por la vereda norte de la Alameda, de poniente a oriente; uno de los uniformados, que tenía el rostro cubierto, le apuntó directamente, y procedió a disparar, impactando su oreja izquierda.

Tras el disparo, C. se llevó la mano a la oreja y corrió por la calle Victoria Subercaseaux, pues los efectivos policiales continuaron disparando perdigones y bombas lacrimógenas. Luego de correr aproximadamente 50 metros, no pudo avanzar más, pues había mucha gente intentando protegerse de los disparos, momento en que se dio cuenta que su oreja sangraba profusamente.

Un joven que pertenecía a una brigada de salud, le prestó ayuda, limpió la zona y le puso un parche. Minutos después llegó J., quien lo llevó hacia el punto de salud ubicado en calle Pío Nono con Santa María, a un costado de la facultad de derecho de la Universidad de Chile. En ese lugar le volvieron a revisar la herida, sin embargo, no se percataron de que hubiera algún proyectil incrustado, por lo que se dirigió a su domicilio donde su pareja, que le puso hielo y le limpió nuevamente la zona.

Dado que con el pasar de los días el dolor iba en aumento, una semana después fue atendido por la enfermera del Colegio donde trabaja como profesor, percatándose de que tenía un perdigón en la oreja izquierda, por lo que procedió a extraerlo, y a entregárselo a C.. Dicha enfermera le hizo curaciones semanalmente, hasta que la zona cicatrizó completamente.

Tras los hechos, la víctima se encuentra actualmente con secuelas psicológicas y emocionales asociadas al hecho traumático, las que son compatibles con aquellas documentadas en el Protocolo de Estambul en relación a las víctimas de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, que se expresan en sensación de desprotección e impotencia, temor a manifestarse nuevamente y a ser agredido por uniformados de Carabineros.