Institución del querellado
Delito investigado
Lugar del evento
Fecha del evento
Relato de la querella
El día 7 de febrero de 2020, alrededor de las 21:30 horas, se encontraba participando de las manifestaciones que se desarrollaban en el sector de Plaza Baquedano, acompañado con un grupo de amigos.
En tales circunstancias, mientras se encontraba en las inmediaciones de la intersección de las calles Ramón Corvalán con Carabineros de Chile, comuna de Santiago, se agachó para recoger un escudo artesanal que se encontraba abandonado en el pavimento, instante en que un grupo de entre 5 y 6 funcionarios de Carabineros lo aprehendieron. Para detenerlo se abalanzaron sobre él, acción que causó una lesión contusa erosiva en la rodilla derecha, ya que fue violentamente presionada contra el pavimento irregular y las piedras que había en el lugar.
Posteriormente fue arrastrado por los Carabineros hacia el sector de Ramón Corvalán, tomándolo de ambos brazos, y mientras lo trasladaban lo insultaban y amenazaban diciéndole que quedaría preso, le apretaban y doblaban las muñecas para causarle dolor, y lo apretaban del cuello, cortándole intermitentemente la respiración. Todo esto sin que la víctima opusiera resistencia, y cuando se encontraba totalmente reducido por los funcionarios de Fuerzas Especiales de Carabineros. Después de tenerlo un período retenido en calle Carabineros de Chile, donde le pusieron un vendaje en su rodilla, la víctima fue trasladada hasta el SAPU para hacer una constatación de lesiones. Mientras se encontraba a la espera del médico, la funcionaria de Carabineros que lo custodiaba comenzó a insultarlo y a maltratarlo verbalmente, con frases tales como: “eres una mierda de persona”, “tú me das asco, odio a la gente como tú que están destruyendo el país”. Además, le dirigía frases con la finalidad de amedrentarlo, expresiones como: “siempre andas metido acá, te veo las marcas de heridas anteriores, porque andas siempre metido en marchas”, o “te vamos a dejar encerrado y vas a ir a la cárcel…”. Además, mientras constataba lesiones, el médico señaló que era conveniente suturar la herida de la rodilla, a lo que la funcionaria que lo custodiaba respondió que “no es necesario, él se lo merece por andar haciendo hueás” (sic).