Relato de la querella
El día 28 de octubre 2019, V. S., junto a su amiga C.V.F.S, su hermano menor 17 años, y su amiga C., concurrieron a una manifestación pacífica convocada frente al Palacio de La Moneda, arribando aproximadamente a las 16:00 horas.
Horas más tarde, decidieron regresar a sus domicilios, ubicados en la comuna de San Bernardo, por lo que caminaron por calle Tarapacá, hacia el poniente para tomar transporte público.
Alrededor de las 19:00 horas, cuando se encontraban en la vereda sur poniente de la intersección de las calles Tarapacá con Zenteno, comuna de Santiago, observaron que en la vereda norte había un grupo de alrededor de seis Carabineros con escudos, enfrentándose con un adolescente. En ese instante, los uniformados les gritaron a ellos y a aproximadamente veinte transeúntes, que caminaran juntos con las manos arriba en señal de no estar participando en disturbios. Así, levantaron las manos y comenzaron a avanzar de manera pausada.
Repentinamente, uno de los uniformados les gritó que no se movieran, apuntando con escopetas antidisturbios, y acto seguido, procedieron a dispararles perdigones de manera dirigida, y a lanzar bombas lacrimógenas.
V. recibió el impacto de un perdigón en el pie derecho, que no atravesó la zapatilla, pero que le provocó una inflamación en la zona del empeine, por lo que no podía pisar con dicha extremidad; y C.V.F.S recibió el impacto de un perdigón por rebote, también en su pie derecho, que le provocó una irritación.
Tras ello, los uniformados continuaron disparando, por lo que corrieron asustados en búsqueda de transporte público para dirigirse a sus domicilios, llevando a V.en brazos, pues no podía pisar.
Esa noche, V. acudió con su papá al CESFAM Padre Joan Alsina, de la comuna de San Bernardo, a constatar lesiones. En dicho lugar, una funcionaria les indicó que no podían atenderla, pues debía ir a la Comisaría previamente, por lo que se vieron en la obligación retirarse y tratar la lesión en casa, para disminuir el dolor e inflamación.
Por otra parte, ambas víctimas se encuentran experienciando secuelas psicológicas y emocionales asociadas al hecho traumático, las que son compatibles con aquellas documentadas en el Protocolo de Estambul en relación a las víctimas de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, que se manifiestan en temor hacia uniformados de Carabineros y a ser agredidas nuevamente