Relato de la querella
El día 30 de octubre del año 2019, a las 11:00 horas, la víctima, en compañía de su pareja, concurrió al Palacio de la Moneda, con el objeto de manifestarse pacíficamente, en el contexto de una marcha convocada por los derechos de los trabajadores. Luego de la marcha, la víctima se trasladó hasta el Parque Forestal, donde estuvo hasta las 18:00 horas aproximadamente, para luego dirigirse hasta las inmediaciones de Plaza Italia. Luego, don C. se separó de su pareja y caminó hasta la calle Ramón Corvalán, donde pudo observar un piquete de alrededor de treinta y cinco funcionarios de Carabineros de Fuerzas Especiales, los que se encontraban con sus respectivos carros lanza agua y carros lanza gases. Don C. comenzó protestar directamente contra los funcionarios policiales que se encontraban frente a él, cuando observó a un Carabinero ubicado a unos 10 o 15 metros de distancia aproximadamente, desde donde él se encontraba, apuntándolo directamente a la cara, por lo que intentó dar un giro para protegerse, cuando sintió un golpe muy fuerte en su ojo derecho, por el impacto de un perdigón. Luego, don C. procedió a tocar su cara, percatándose de que su rostro se encontraba cubierto de sangre. En dicho contexto, la víctima se mantuvo en estado de shock, por lo que fue tomado por dos manifestantes que se encontraban en el lugar, quienes lo trasladaron hasta un grupo de voluntarios de la Cruz Roja, sin embargo, él no podía observar nada a su alrededor. Uno de los voluntarios que se encontraba en el lugar, le indicó a don C. que era médico oftalmólogo de la Unidad de Trauma Ocular del Hospital del Salvador, por lo que lo trasladó, en su vehículo particular hasta las dependencias del recinto hospitalario.
La víctima ingresó a la Unidad de Trauma Ocular del Hospital del Salvador, a las 19:30 horas aproximadamente. Allí los médicos le indicaron a la víctima que debía ser hospitalizado de inmediato pues mantenía un perdigón incrustado en el interior de su ojo derecho, debiendo ser internado para proceder a la extracción del objeto. Sin embargo, la víctima no había podido entablar comunicación con su familia, por lo que, decidió regresar a su hogar.
El día 31 de octubre del año 2019, la víctima concurrió nuevamente a la Unidad de Trauma Ocular del Hospital del Salvador, donde, a las 15:00 horas aproximadamente fue operado, extirpándole los médicos el perdigón que se encontraba incrustado en su ojo derecho. Sin embargo, la víctima refiere que, los médicos le indicaron que había perdido un 95% de visión en el ojo derecho, de manera irreversible.
En cuanto a las secuelas psicológicas que provocaron estos acontecimientos, la víctima refiere que, presenta frecuentes pesadillas en las noches, en las que sueña que es agredido por funcionarios de Carabineros, debiendo realizar un tratamiento psicológico, para intentar mitigar las repercusiones de la agresión sufrida.
El día 29 de enero del año 2020, don C. concurrió al Departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico, donde los especialistas elaboraron un informe, en el que se consignó como diagnóstico lo siguiente (cito textual): “Examen mental: Paciente bien orientado en tiempo, espacio y persona, responde a la entrevista con lenguaje claro, coherente, memoria conservada en relación a los hechos relatados, muestra síntomas de depresión y angustia cuando se refiere a su futuro, en relación a pronóstico visual.
Examen físico: Herida palpebral cantal externo, cicatriz de cirugía de extracción de cuerpo extraño (perdigón) en órbita ojo derecho. Cicatriz coroidea en área macular por ruptura de coroides, agudeza visual ojo izquierdo 0,05.
Diagnóstico Clínico:
– Trauma ocular de carácter gravísimo, impacto de perdigón en órbita derecha.
– Rotura coroidea ojo derecho con pérdida de agudeza visual.
– Estrés agudo. – Riesgo de estrés postraumático. Concordante con la definición de tratos crueles inhumanos o degradantes”