Mujer Chilena 14 Años

Admisible

Relato de la querella

En el contexto de las jornadas de protesta y movilización social que envuelven a nuestro país, el Instituto Nacional de Derechos Humanos ha realizado labores de observación en calles, hospitales y comisarías. Recibiendo múltiples relatos que dan cuenta de vulneración a los Derechos Humanos.

En ese contexto, es que se recibió el testimonio de A.A.G.B., quien refiere que el viernes 31 de enero fue con unas amigas a la Plaza del Hospital en el contexto de las movilizaciones. Refiere que como a las 19:00 se encontraba aun ejerciendo el derecho legítimo a la protesta, cuando apareció Carabineros, ella corrió y uno de ellos le pegó una patada en los pies, botándola frente a la iglesia San Francisco en la esquina de calle Montt con Prieto. Después, la agarraron entre 7 funcionarios de carabineros (2 mujeres y 5 hombres), la arrastraron de la mochila, del pelo y de los brazos. Posteriormente una Carabinera le pegó una patada en la pierna, y los demás la golpearon con lumazos. Durante un rato siguieron golpeándola, dándole patadas, tirándole el pelo e insultándola. Señala que carabineras la trataron de “maraca”.

No identificó ningún nombre y cargo de los carabineros que la golpearon, sin embargo, recuerda que una de las carabineras tenía manchas en las manos (al parecer vitíligo). Refiere que si les ve les puede reconocer, se acuerda de sus caras.

En el suelo le pusieron las esposas y se las apretaron fuerte. La tuvieron harto rato así, luego la levantaron de los brazos y la llevaron al furgón. Allí le preguntaron cuántos años tenía, ella respondió que tenía 14 y la trasladaron hasta la 8va comisaría.

Cuando llegó a la Comisaría nuevamente le preguntaron qué edad tenía, dijo 14. Luego la misma Carabinera que la agredió durante la detención, la agarró del brazo y la llevó hacia dentro de la Comisaría empujándola e insultándola. Posteriormente llegó un Carabinero que la revisó, la víctima refiere textual: “Me tocó los brazos, los pechos, la guata, el poto y las piernas”. La carabinera después de eso también la revisó.

Después la hicieron sentarse en una banca. Estuvo sentada ahí mientras le hicieron otras preguntas, si tenía hermanos, dónde vivía, etc. Posteriormente llegaron otras personas detenidas, más mayores, que venían con un Carabinero que al verla también se empezó a reír de ella e insultarla. A. tenía la cabeza agachada y a la fuerza el carabinero le tomó la cabeza para que la levantara, mientras le decía insultos y se reía de ella. Después llegaron 5 carabineros más que también hacían comentarios y propinaban insultos, “me decían maraca, conchatumadre, entre otras insolencias”.

Señala que estuvo sentada harto rato, hasta que llegó la tenencia de familia. Se presentó el encargado y ahí le pasaron sus cordones. No le habían querido pasar sus cosas y en varias oportunidades preguntó si le habían avisado a su familia, pero no le respondieron.

Ya se había oscurecido cuando la llevaron al hospital a constatar lesiones. Señala que cuando iba subiendo al furgón, el encargado de tenencia de familia le apretó los pies con la puerta, a lo que A. le señaló que tuviera más cuidado, frente a eso él guardó silencio.

Cuando llegó al hospital preguntó dónde estaban los baños y no le respondieron. Posteriormente la hicieron pasar a un doctor quien le constató las lesiones donde ella señaló que le dolía todo el cuerpo, para luego ser atendida por una persona que le hizo curaciones solo en las heridas más grandes, que era en la mano y el codo.