Hombre Chileno 19 Años

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  • Institución del querellado
  • Policía de Investigaciones
  • Delito investigado
  • Tortura
  • Lugar del evento
  • Pudahuel
  • Fecha del evento
  • 20-10-2019, 17:00 hrs.

Relato de la querella

El domingo 20 de octubre de 2019, en el contexto del Estado de Excepción Constitucional decretado por el Gobierno, A.A.H.A., se encontraba próximo al supermercado Alvi, por José Joaquín Pérez, en compañía de un amigo –J.M.O.- quien iba manejando, luego de haber ido a dejar a una amiga de nombre V., a Av. Neptuno con Av. San Pablo. Eran alrededor de las 16:30 -17:00 horas.

En ese momento, A. se encontró con una turba, que estaba sacando cosas del supermercado. La víctima se acercó y entró al supermercado, cuando alguien de identidad desconocida gritó: “¡vienen los pacos!” (sic). Señala que con los nervios, tomó el auto de su amigo, y comenzó a conducir –sin tener licencia ni mayor dominio de la conducción- y que en ese momento, se le cruzó una mujer con un coche -desde la turba que venía saliendo del supermercado-. A. intentó esquivarla, por lo que giró el manubrio en la dirección contraria a la mujer, pero no se dio cuenta que en ese lugar había una funcionaria de la Policía de Investigaciones quien cayó al piso.

A. se quedó arriba del auto, pero fue bajado a golpes de puño por los otros funcionarios de la PDI. Abajo del auto, siguieron golpeándolo con patadas y puños en cara y cuerpo, además de gritarle en todo momento “asesino”, “conchetumadre”, “asesino culiao”, “queris matar”, (sic) etc. entre tres funcionarios, hasta que lo tiraron al piso, donde continuaron con los apremios.

Minutos después lo subieron al auto policial – camioneta – donde habían otros seis detenidos. Señala que llegaron al estacionamiento del cuartel policial – a la altura de Walker Martínez – (BRICRIM de Pudahuel de la PDI). Ahí fue recibido por 20-25 funcionarios. Uno de ellos dice: “¡ese weon es, ese weon el de Spalding, el de Spalding!” (sic).

La afirmación anterior hizo que bajaran a A. esposado, y que los 20-25 funcionarios comenzaran a pegarle por turnos. Como estaba con las manos atrás, no pudo cubrirse la cara.

Luego de unos minutos de brutal golpiza, los funcionarios se dieron cuenta que A. estaba mal herido, y lo trasladan al interior del cuartel. En dicho lugar le siguieron pegando, no obstante haber visto que le salía mucha sangre.

Recuerda que uno de los funcionarios de la PDI, cubierto con pasamontaña, le decía “¡querís matar a mi mejor amiga!” (sic) y agregó “¿y voh cuando estay en la calle y te quieren matar a un mejor amigo, cobrai o no?” (sic). Cuando A. respondía, el funcionario le replicaba: “¡dame una respuesta mirándome a la cara!” y cada vez que le daba la respuesta, él lo golpeaba y le decía: “¡queris matar a mi mejor amiga!” (sic).

Indica que la golpiza de este funcionario continuó, hasta que en un momento le hizo sacarse la polera. En ese momento se acerca una funcionaria de la PDI con pasamontañas, quien le dice: “¿querís pegarle a una mujer?” (sic), “te gusta pegarle a las mujeres”, y le pegó alrededor de 20 golpes con su bastón de servicio.

Después de esa golpiza, la víctima empezó a botar mucha sangre por la boca, ojos y demás lesiones. Recuerda que llegó a verlo una persona de terno, sospecha que de la misma institución, quien le hizo limpiar toda la sangre. Él le habría dicho que: “no quiero que quedara una huella culiá de sangre tuya” (sic).

A. limpió toda la sangre por todas las partes del cuartel. Después lo trasladaron a una celda en la que pasó toda la noche. Señala que cuando quería sentarse a descansar, llegaba un funcionario de la PDI y le decía “levántate, no te voy a dejarte dormir, levántate” (sic). Uno de los funcionarios le hacía levantarse solo a él, estando todos los detenidos en el cuartel acostados, mientras que otro funcionario lo obligaba a hacer ejercicio, flexiones de brazo, y después le decía: “quédate en esa posición”, “quédate parado ahí”. No lo dejaron descansar en toda la noche.

Al día siguiente – lunes 21 de octubre – personal de la PDI lo llevó al CESFAM Garín, Quinta Normal para hacer la constatación de lesiones. Donde de acuerdo a su relato, fue amenazado para que no dijera quien le había pegado: “si dices que fuimos nosotros, te va a salir peor” – tenían su dirección y su teléfono -, y que “de cualquier forma me iba a cagar igual” (sic). En dicho lugar, le dijeron que tenía lesiones leves.

Luego cuando regresó al cuartel, vio en la recepción a la funcionaria que había atropellado, quien según cuenta, se rió de él porque estaba mal herido. Ella, le habría dicho que solo había tenido algunas lesiones leves, y que le habían dado inmediatamente el alta. Además de agregar, que lo que le habían hecho a A., podría haber sido peor porque: “le podrían haber dado un balazo”.

Esa tarde lo pasaron a control de detención por robo en lugar no habitado y homicidio frustrado. Lo dejaron en prisión preventiva en CDP Santiago 1.

Relata que todo el tiempo que estuvo recluido en el CDP sangró por la nariz y boca, entre 5, 6 o 7 veces al día, mientras que de noche, unas 4 o 5 veces. Así transcurrió una semana, hasta que el día 29 de octubre, se levantó muy débil, a punto de desvanecerse. Señala que el gendarme de turno, lo hizo salir de la fila. Llamó a una camilla, y lo llevaron al ASA, donde constataron que tenía diversas lesiones y que llevaba muchos día sangrando. Le pusieron suero, le sacaron una radiografía y al ver la gravedad, lo derivaron al Hospital de Urgencia Asistencia Pública (HUAP), donde le diagnosticaron “anemia severa”, además de presentar “fractura de huesos nasales” y donde además se observa “fractura de piso de órbita izquierda”.