Institución del querellado
Delito investigado
Lugar del evento
Fecha del evento
Relato de la querella
Según relata L.V.V., el día 29 de noviembre, aproximadamente a las 13:10 horas, se bajó del metro USACH para dirigirse a la estación de buses Turbus e intentar cruzar por dentro hasta el Terminal Sur, lugar en el que compraría un pasaje para viajar a San Fernando a la casa de sus padres, no obstante, al tratar de cruzar la calle Ruiz Tagle, se percata de una gran cantidad de vehículos que circulaba por la misma no le permitían cruzar la calle, por lo que decide caminar hacia la esquina, en la intersección con calle Obispo Javier Vásquez, para intentar cruzar por ahí.
La víctima refiere que antes de llegar a la esquina de dicha intersección, cuando se disponía a cruzar la calle, un carabinero la toma del hombro izquierdo y le efectúa un control de identidad y que al indicarle que debía sacar su cédula de identidad de su mochila, la que tenía un “perro matapacos” estampado, le indicó que debía acompañarlos, aludiendo a él y a su compañero, quienes no portaban su identificación en el uniforme, comenzando ambos funcionarios a guiarla por calle Ruiz Tagle en dirección al sur, ingresando por calles del sector en dirección oriente, no percatándose del nombre de las mismas y desorientándose, ya que iba con la vista hacia abajo, producto del miedo que le produjo la situación. L.V.V. indica que llegaron a una calle del sector en donde estaba estacionado un carro policial, procediendo uno de los funcionarios, el que no le efectuó el control, a abrir las puertas de la parte trasera, indicándole de forma brusca que se subiera.
Al ingresar al carro policial sube detrás de ella el funcionario de carabineros que le efectuó el control, mientras el otro funcionario procede a cerrar las puertas y se queda vigilando afuera del carro.
En el interior del carro, la víctima refiere que el funcionario de carabineros comenzó a tocarle los senos, situación que la paralizó, luego le introduce su mano por debajo de la ropa y le toca la vagina por unos minutos, procediendo posteriormente a bajarse los pantalones, indicándole textualmente “ahora me lo tienes que chupar”, ante la negativa de ésta, el funcionario le señaló que tenía tres opciones: “te desaparezco”, “si haces alguna wea como morderme, te disparo”, haciendo el gesto de apuntar y tocar su arma de servicio y la otra “que seamos amigos”, agregando que no la iba a penetrar ni eyacular, porque no lo iban a pillar. Posteriormente procedió a accederla carnalmente via bucal.
Al concluir el acto, el funcionario abrió la puerta y la empujó hacia afuera, tropezándose la víctima con su mochila y cayendo al suelo, todo mientras el funcionario que permanecía vigilando la puerta se reía de ella en tono burlesco. Posteriormente ambos funcionarios se subieron al carro policial y huyeron del lugar.
L.V.V. refiere que comenzó a caminar sin dirección, logrando llegar hasta el Terminal Sur, lugar desde el que llama a su amiga C.R.L., comenzando a llorar desconsoladamente sin decir nada inicialmente, relatándole a grandes rasgos lo que le había ocurrido, todo mientras compraba su pasaje para viajar hasta San Fernando y posteriormente abordaba el bus a las 13:55 horas.
Durante el trayecto en el bus, la víctima le envió un mensaje a su profesor de derecho penal, de nombre S.F., quien la contactó telefónicamente y la instó a contactar a algún familiar y efectuar una denuncia. Posteriormente intentó comunicarse con su hermano mayor, logrando enviarle un mensaje, en el que le comenta de forma general lo que le ocurrió, quien le devuelve el llamado posteriormente y le indica que sus padres la irán a buscar al terminal.
Al llegar San Fernando, pese a su resistencia a efectuar la denuncia, sus padres la convencen para ir a la PDI de dicha ciudad, lugar en el que efectúan la denuncia, siendo trasladada posteriormente a constatar lesiones a un consultorio.