Hombre Chileno 34 Años

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  • Institución del querellado
  • Carabineros y Gendarmería
  • Delito investigado
  • Tortura
  • Lugar del evento
  • Iquique
  • Fecha del evento
  • 26-11-2019, 23:30 hrs.

Relato de la querella

Que, conforme el relato de la víctima, el día 26 de noviembre del 2019, cerca de las 23:30 horas, se encontraba en la esquina de Avenida Luis Emilio Recabarren con calle Las Rosas, participando en una manifestación que se desarrollaba en el lugar en el contexto de las movilizaciones a nivel nacional. En el lugar pudo observar como un grupo de encapuchados se encontraban saqueando una bencinera Petrobras y un local comercial, con el fin de encender barricadas e interrumpir el tránsito vehicular. La víctima precisa que no tomó acción directa en dichos hechos. Relata haber llegado al lugar luego de participar en la marcha que se desarrolló aquel día, que partió en plaza Condell, siguió por playa Cavancha, hasta llegar a playa Brava, devolviéndose con la intención de llegar hasta el sector de la Universidad de Tarapacá (UTA). A dicha manifestación concurrió junto con su pareja N.A. y con su hijo mayor J.A. de 15 años.

Llegó al lugar un furgón de Carabineros, del que bajaron 5 funcionarios, 3 de los cuales comenzaron a disparar con escopetas. La víctima decidió vociferar a los Carabineros “que no dispararan, que no estaban haciendo nada”, a lo que uno de los funcionarios, que luego pudo identificar como un Capitán, le habría dicho “que te metí en weas vo conchetumare, los vamos a hacer cagar a todos”. Acto seguido, el mismo funcionario saca su bastón retráctil y le pegó en el muslo derecho, cayendo de rodillas, momento en el que otros funcionarios lo redujeron tirándolo al piso, esposándole las manos por la espalda. Su pareja quiso intervenir recibiendo insultos por personal policial, siendo además empujada por un Carabinero con su escudo. La gente que estaba alrededor trató de ayudarlo, con gritos diciendo “suéltenlo, suéltenlo, él no estaba haciendo nada”.

Mientras estaba esposado en el suelo, vio que llegó el carro lanzagases, también conocido como zorrillo, al que fue ingresado por la puerta trasera, cayendo en un pasillo boca abajo. Dentro del vehículo, la víctima relata que sufrió golpes y malos tratos por funcionarios que se encontraban al interior, agregando que estuvo más de 2 horas al interior del “zorrillo”, siendo reiteradamente golpeado en la parte posterior de la cabeza y en los glúteos, al parecer con un bastón retráctil. Además, la víctima relata que sintió como uno de los efectivos intentaba introducir el bastón (sin bajar los pantalones) cerca de ano, presionando fuertemente, gritándole “¿te han violado alguna vez conchetumare?”. Relata haber sufrido con los efectos de los gases lacrimógenos que eran lanzados en contra de los manifestantes.

La víctima indica que cerca de las 02:00 am, en un sector que define como “la parte de atrás de una Comisaría”, es bajado del carro lanza gases, siendo subido al calabozo vacío de una camioneta de Carabineros, en la que fue ingresado al interior del recinto policial. Cuando se detiene la camioneta, es bajado fuertemente, cayendo de rodillas. La víctima relata que al ver funcionarios policiales pidió “que no le pegaran más”, momento en el que un funcionario de más edad lo levantó del suelo y lo tranquilizó diciéndole “aquí no te pegarán más”. Lo ingresaron a unos “corrales” que hay en un estacionamiento de la Comisaría, en donde le hicieron firmar papeles, para luego ser llevado a un calabozo. La víctima relata que a dicho lugar llegó el mismo Capitán que había participado en su detención, quien al ver las lesiones que presentaba le habría dicho “¿vo creí que te vamos a constatar lesiones?, a dónde la viste conchetumare, vamos a pegarte y te vamos a dejar en cualquier lado”, a lo que habría agregado “si sapeas (sic) te vamos a matar, ya sabemos todo sobre ti, ya tenemos todos tus datos.”. La víctima indica que finalmente no lo llevaron a constatar lesiones.

Al día siguiente, esto es el 27 de noviembre de 2019, en horas de la mañana, la víctima señala que dos funcionarios de Carabineros vestidos de civil lo sacaron de la celda, le soltaron las esposas, le ordenaron que se vistiera con un polerón celeste con capucha y un pañuelo aymara, vestimentas que no serían de su propiedad. Los funcionarios le habrían dicho “ahora te vas a hacer famoso”, sacándole fotos mientras subía al calabozo de un vehículo policial. Acto seguido le habrían ordenado bajarse, quitándole el polerón y el pañuelo, siendo ingresado al calabozo nuevamente.

Fue trasladado al Juzgado de Garantía de Iquique para audiencia de control de la detención y formalización de la investigación. En dicho lugar, la víctima denuncia que en un calabozo, antes de ingresar a la sala de audiencia, funcionarios de Gendarmería de Chile le ordenaron desnudarse completamente, hacer una sentadilla y que les mostrara sus genitales, a lo que la víctima accedió por miedo a tener más problemas.

La víctima señala que sintió miedo durante la detención, sintiéndose torturado y temiendo por su vida.

En los hechos, las conductas descritas constituyen el delito de tortura del artículo 150 A del Código Penal, recientemente modificado, cometido por funcionarios de Carabineros de Chile y funcionarios de Gendarmería de Chile.