Institución del querellado
Delito investigado
Lugar del evento
Fecha del evento
Relato de la querella
Según el relato de las víctimas, ese día, ambos asistieron a la manifestación convocada en la ciudad de San Antonio. Relatan que, mientras se encontraban protestando frente a la gasolinera Copec ubicada en la calle Barros Luco, cerca del Estadio Municipal, C.C.C.S. recibió el impacto de tres perdigones, desde una distancia de aproximadamente 40 metros, impactándole en la espalda, altura del hombro, y uno en cada una de sus piernas. Afortunadamente, indican, los proyectiles no quedaron incrustados, pero C.C.C.S. se encontraba adolorido y con temor de que sus heridas se complicaran, toda vez que padece de diabetes.
Con posteridad, señalan las víctimas, decidieron retirarse a su hogar a pie. Cuando eran cerca de las 15:30 horas, mientras iban caminando por la calle Barros Luco, cerca de la intersección con calle Carabineros de Chile (frente a la Plaza de la Gobernación), divisaron de forma repentina dos furgones de Carabineros de Chile, los que se estacionaron abruptamente frente a ellos. Relatan que de los vehículos descendieron varios carabineros, uno de los cuales gritó a C.C.C.S. “¡te pillé, conchetumadre, te tengo grabado!”, después de lo cual fue bruscamente aprehendido entre cerca de siete 3 carabineros, tomándolo del cuello y agarrándolo de los brazos. Indica C.C.C.S. que, además, un funcionario de Carabineros le dobló las muñecas, y otro le dobló uno de sus brazos; y que recibió “lumazos” en el brazo izquierdo, cerca del hombro, golpes de puño y patadas. Refiere que, en esos momentos, pese a las agresiones que estaba recibiendo, quien le preocupaba era su hija, a quien veía que estaba siendo ahorcada y levantada en el aire por otros funcionarios, según se describirá, y sentía mucho temor por lo que le pudiera pasar.
Agrega C.C.C.S. que, instantes antes de ser subido al furgón policial, un carabinero le esparció gas pimienta directamente sobre el rostro, pese a no encontrarse ejerciendo resistencia ni agresión alguna. Indica que los efectos irritantes le dificultaron en extremo su capacidad de respirar, y le provocaron gran ardor en la cara y ojos, impidiéndole abrirlos por varios minutos, y perdurando sus síntomas por varias horas. Además, recuerda que un funcionario de Carabineros le señaló “te vamos a sacar la cresta, ‘conchetumadre’… te voy a reventar en el calabozo”. Indica haber sido subido a uno de los vehículos policiales y trasladado a la 1° Comisaría de San Antonio. Refiere C.C.C.S. que, cuando arribó a dicha dependencia, fue trasladado a un sector dentro de la Comisaría, donde se encontraban estacionados vehículos policiales, y le rodearon cerca de diez Carabineros, quienes le sacaron fotos y grabaron; uno de los cuales le decía “¡conchetumadre, te vamos a reventar en el calabozo, ahí vas a ver lo que es bueno!”. Indica que cuando se encontraba en el calabozo, sentía gran dificultad para ver y respirar producto del gas pimienta, y dolor en todo el cuerpo producto de los golpes, y en sus heridas producto del impacto de los perdigones, las que se estaban complicando producto de su diabetes.
Relata, además, C.C.C.S, haberse sentido mareado y haber tenido temblores en todo su cuerpo, producto de la tardanza en el suministro del medicamento necesario para controlar su enfermedad. Señala que fue trasladado a constatar lesiones a las 20:53 horas al Servicio de Atención Primeria de Urgencia (SAPU) de Cartagena, oportunidad en la que se observó que la víctima poseía heridas erosivas y contusas en ambas piernas y pared del tórax, y se indicó que paciente había sido aprehendido con perdigones en una marcha. Posteriormente, cerca de las 22:00 horas, indica haber sido trasladado al Hospital Claudio Vicuña donde le practicaron unas radiografías. Finalmente, asegura C.C.C.S. que, una vez de vuelta a los calabozos de la 1° Comisaría de San Antonio, mientras él y el resto de las personas detenidas intentaban conciliar el sueño, cerca de las 04:00 horas, funcionarios de Carabineros lanzaron gas lacrimógeno en su interior, lo que les causó gran afección y les impidió dormir.
Por su parte, su hija, A.C.C.L., al ver que su padre era capturado de forma violenta, relata que, angustiada, se abalanzó sobre él y lo abrazó, con intención de protegerlo. Sin embargo, señala, entre dos funcionarios de Carabineros la separaron de su progenitor y la aprehendieron también a ella. Indica que la golpearon en sus brazos, los afirmaron y se los doblaron hacia atrás, causándole dolor; y que otro de los funcionarios la tomó del cuello, ahorcándola, incluso suspendiéndola en el aire.
Relata A.C.C.L. que fue subida a un vehículo policial distinto al cual se encontraba su padre, y fue arrojada al piso, sin que el funcionario dejara de estrangularla, impidiéndole a la víctima respirar. La víctima refiere que el funcionario que la ahorcaba le gritaba en reiteradas ocasiones “¡pídeme que pare!”, a lo cual la víctima ni siquiera podía responder producto de su falta de aire, pensando incluso que moriría 5 por la asfixia, hasta que en algún momento pudo emitir un sonido similar a un “sí” y el funcionario la soltó. Señala que cuando recobró el aliento, les solicitó a los Carabineros sentarse en los lugares dispuestos para el efecto en el vehículo policial, ya que aún se encontraba en el suelo, ante lo cual uno de los Carabinero le gritó “¡no te vas a mover! ¡quédate ahí o te hago algo”, ante lo cual la víctima insistió para que la dejaran sentarse, sin resultados. La víctima fue conducida en un primer momento a la 1° Comisaría de San Antonio, donde se encontró con su padre, y luego a la Subcomisaría de Santo Domingo, donde pasó la noche detenida.
A.C.C.L. fue trasladada a constatar lesiones al Servicio de Atención Primario de Urgencia (SAPU) de Cartagena, a las 21:38 horas, donde se le observó “equimosis cervical y brazo derecho” y múltiples lesiones en ambas manos.
Dentro del marco de la investigación se entregarán fotografías, que dan cuenta de las lesiones de ambas víctimas, al Ministerio Público.
En los hechos, las conductas descritas constituyen el delito de tortura del artículo 150 A del Código Penal, cometido por funcionarios de Carabineros de Chile en contra de C.C.C.S. y su hija, A.C.C.L.