Institución del querellado
Delito investigado
Lugar del evento
Fecha del evento
Relato de la querella
El día 19 de noviembre de 2019, alrededor de las 20:15 horas, en circunstancias que la víctima se encontraba manifestándose en las inmediaciones de plaza Baquedano, específicamente en la intersección de avenida Libertador Bernardo O’Higgins con calle Ramón Corvalán Melgarejo, comuna de Santiago; arribó al lugar un gran contingente de funcionarios de fuerzas especiales de Carabineros de Chile, según refiere la víctima, aproximadamente treinta efectivos, con el objetivo de dispersar a las personas que estaban en el lugar.
En ese contexto, dichos funcionarios comenzaron a disparar sus escopetas antidisturbios en contra de las personas que estaban en el lugar, impactando a C.M.F.P en diversas partes de su cuerpo.
Inicialmente, la víctima sintió el impacto de un perdigón en la pierna y dos en su espalda y comenzó a sangrar, buscó ayuda con los voluntarios de la Cruz Roja, pero ellos también habían sido dispersados.
Los funcionarios de carabineros continuaron disparando sus armas antidisturbios y adicionalmente hicieron uso de carros lanza aguas y lanza gases, por lo que las personas que estaban en el lugar, fueron compelidas arrancar hacia el sector del Río Mapocho, al igual que la víctima, quien tuvo que huir débil y herido varias cuadras.
Tras no encontrar ayuda médica, la víctima decidió caminar hasta el sector de avenida Libertador Bernardo O’Higgins con Santa Lucía, con el objeto de abordar un bus del transporte público para dirigirse a su domicilio. Al llegar a éste, el adolescente fue revisado por su madre, quien verificó que había recibido cinco impactos de perdigón en el cuerpo; dos impactos en la zona torácica posterior izquierdo; dos impactos en la zona paralumbar y uno en la zona lateral de la pierna izquierda, tercio superior.
La víctima fue trasladada por su familia al Centro Asistencial Hospital Cordillera, en donde se le constataron las lesiones descritas en el párrafo anterior y se verificó que los dos perdigones recibidos en la zona torácica y los dos de la zona lumbar habían penetrado la capa de la piel y se encontraban incrustados, sin haber lesionado órganos internos y se decidió que estos no serían retirados por resultar riesgoso para el adolescente.