Hombre Chileno 28 Años

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  • Institución del querellado
  • Carabineros
  • Delito investigado
  • Apremios ilegítimos
  • Lugar del evento
  • Quilpué
  • Fecha del evento
  • 19-10-2019, 21:00 hrs.

Relato de la querella

El día 19 de octubre del 2019, R.A.M.M., 28 años, en circunstancias que se encontraba camino a su casa, transitando por calle Andrés Bello en la comuna de Quilpué, fue detenido y golpeado por funcionarios de Carabineros.

Ese sábado, refiere R. que asistió a la manifestación organizada en Quilpué, con el objetivo de presenciar dicha manifestación. Ya, al finalizar la jornada, transitando por la calle Andrés Bello a las 21:00 horas aproximadamente, con destino a su casa, momentos en que se encontraba acompañado de un amigo, P.P. y sin estar generando disturbio, se encontraron de frente con un grupo de carabineros, y para evitarlos se dieron media vuelta para dirigirse hacia calle Los Carrera, por calle Aníbal Pinto. Al doblar en la esquina, se encontró a pocos metros con 10 o 20 carabineros de Fuerzas Especiales (FFEE), y para no generar conflicto, mostró las manos en señal de indicar que su tránsito por ahí no tenía el propósito de generar desmanes ni conflicto. Sin embargo, de manera inmediata un grupo de alrededor de 7 carabineros lo habrían comenzado a agredir con golpes de lumas, puños y pies, él sin poner ningún tipo de resistencia permaneció inmóvil tirado en el piso intentando proteger su cabeza. Sumisión que no habría sido suficiente, puesto que las agresiones habrían continuado. Estas agresiones fueron dirigidas principalmente al rostro, nuca y costillas. Su amigo alcanzó a arrancar, siendo solamente él agredido por los funcionarios policiales.

Posteriormente habría sido esposado e insultado, según refiere R. le decían «muestra la cara perro culiao», ya que para protegerse se tapaba la cara y también le decían «parecí mina con el pelo largo conchetumadre», insulto se repetía constantemente, proviniendo específicamente de dos carabineras. Luego de esto, carabineros habría procedido a agarrarlo del pelo para arrestarlo hacia el vehículo policial, sin nunca dejar de golpearlo en su cuerpo y rostro. Todo esto ocurrió según señala la víctima, sin poner resistencia alguna, ni expresar ningún tipo de insultos hacia ellos, ya que si intentaba hablar lo golpeaban.

Una vez llegando a la Segunda Comisaría de Quilpué, lo habrían bajado del vehículo en el estacionamiento interior del establecimiento de la comisaría, en donde habían alrededor de 10 carabineros observando su llegada, y un carabinero lo habría golpeado, tirándolo al piso y arrastrándolo del pelo, mientras todos los otros carabineros observaban, y se burlaban de la situación.

Ya dentro de la comisaría, según refiere la víctima, lo llevaron al calabozo, y aprovechando los puntos ciegos de cámaras de seguridad continuaron golpeándolo, principalmente en su cara y riñones. A los pocos minutos, lo habrían puesto contra la pared, agrediéndolo cada vez que levantaba la mirada, con estas agresiones R. señala que manchaba las murallas con la sangre que brotaba de una lesión provocada por un golpe en su frente y en el pómulo izquierdo, pudiendo escuchar en ese momento como golpeaban e insultaban a otras personas que también habían llegado detenidas.

Al momento de realizarse el procedimiento de las pertenencias, señala que no se le respetó el derecho para informar a algún cercano de la situación. Y ya en los calabozos, fueron encerrando a los detenidos uno por uno en el baño, incluyéndolo a él, donde un carabinero, de manera agresiva y prepotente lo insultó y golpeó, R. cree que con el solo objetivo de infundir miedo y posteriormente lo ingresaron a la celda junto a otros detenidos.

Refiere que, entre el total de detenidos, llamaron su atención un chico de 23 años aproximadamente, con un notorio problema cognitivo, el cual se habría defecado al recibir los golpes y también se encontraba un joven veinteañero el cual sufría de epilepsia y había sido golpeado indiscriminadamente.

Al rato, señala que lo llevaron al baño para que se lavara las manos y la cara ensangrentada, para luego tomarle sus datos para llenar formulario y también el registro de su huella digital. Volvió a la celda y posteriormente lo habrían llevado al hospital de Quilpué para constatar lesiones.

En el hospital de Quilpué logró pedir a funcionarios de éste, que conocen a sus padres, que se comunicaran con ellos para que tuvieran conocimiento de su detención. Ahí recibió atención médica que consistió en una sutura de dos puntos en la frente, y en la toma una serie de radiografías para descartar fracturas en cráneo, hombro y costillas, donde habría quedado en estado de observación debido a la gravedad de sus lesiones hasta alrededor de las 8:00 horas. Siendo llevado de vuelta a la comisaría, para posteriormente quedar en libertad, donde le devolvieron sus pertenencias y redactaron el parte policial, indicándole, recién en ese momento, que fue detenido por estado de ebriedad, sin embargo, no se le ningún realizó test de alcoholemia, además dicho documento indicaba que no fue golpeado en la comisaría, lo cual le manifestó a carabineros que no era cierto. Sin embargo, estos le habrían indicado que eso no había ocurrido, y que estaban las cámaras de seguridad para comprobarlo, sin embargo, como anteriormente se señaló, hubo golpes, según refiere R., que fueron efectuados en puntos ciegos del calabozo, específicamente en el baño. Para finalizar, le indicaron que la única forma en la que sería liberado, era firmando aquella redacción. Una vez liberado, carabineros le dijeron “hoy hay manifestaciones a las 4, por si quieres el otro ojo morado”.

Producto de la situación referida por la víctima, esta resultó con hematoma más herida cortante superficial de aproximadamente 1 centímetro de diámetro en región frontal, equimosis en pómulo izquierdo, policontusión por agresión física por terceros, además de hematoma en cara interna de muslo derecho, según señala el dato de atención de urgencia del domingo en la constatación hecha al momento de estar detenido. Sin embargo, posteriormente, el martes 22 de octubre de 2019, concurrió de nuevo al Hospital de Quilpué, por persistir sintomatología de estas agresiones, según consta en el dato de atención de urgencia, y donde se le diagnosticó posterior a una ecotomografía, fractura en sector anterior del séptimo arco costal derecho, así como también contusión de tórax, lo que cambió su pronóstico médico legal a grave.