Hombre Chileno 23 Años

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  • Institución del querellado
  • Carabineros
  • Delito investigado
  • Apremios ilegítimos
  • Lugar del evento
  • Pudahuel
  • Fecha del evento
  • 19-10-2019, 19:00 hrs.

Relato de la querella

Hecho N°1: El día viernes 18 de octubre de 2019, E.U.C. debió caminar desde la comuna de Las Condes hasta su domicilio ubicado en la comuna de Pudahuel, pues aquel día se había cerrado el servicio de metro.

Durante el trayecto, el que duró aproximadamente 4 horas, observó manifestaciones cerca de su domicilio, por lo que, tras llegar y descansar unos momentos, alrededor de las 20:30 horas salió junto a su primo M. a ver qué ocurría en la esquina del pasaje donde residen, específicamente en Malén con Avenida Laguna Sur, comuna de Pudahuel.

Cuando se encontraban en dicho lugar, junto a aproximadamente ocho vecinos del sector que se estaban manifestando pacíficamente, un grupo de funcionarios de Carabineros de Chile comenzaron a disparar con sus carabinas lanza gases hacia ellos, instante en que E. recibió el impacto de una bomba lacrimógena en el costado izquierdo de su torso, provocándole gran dolor y posteriormente un hematoma, lo que implicó que se asustara e ingresara rápidamente a su casa.

Hecho N°2: El día 19 de octubre de 2019, E.U.C., junto a sus tíos M.A. y N., y primos A. y M. – con quienes reside – concurrieron a manifestarse pacíficamente, con cacerolas y cánticos, a la intersección de Avenida Laguna Sur con Teniente Cruz, comuna de Pudahuel, lugar ubicado a pocas cuadras de su domicilio.

Alrededor de las 19:00 horas, funcionarios de Carabineros comenzaron a dispersar a las personas que se encontraban en el lugar, lanzando bombas lacrimógenas, por lo que, la familia se trasladó hacia la intersección de Avenida Laguna Sur con calle Liucura.

Posteriormente, cuando la situación se calmó, regresaron a manifestarse pacíficamente en el punto inicial. Aproximadamente a las 20:00 horas arribó al lugar un carro lanza gases, con un funcionario de carabineros en la parte superior de éste, el que percutaba una escopeta antidisturbios a mansalva.

Por tal motivo, E. y su familia corrieron para protegerse; separándose en el intertanto, mientras sus tíos y primos se dirigieron hacia el oeste por Avenida Laguna Sur, E. intentó ingresar al pasaje Sagrada Familia. Dado que la entrada de dicho pasaje tenía una reja con una puerta pequeña, alrededor de 30 personas se aglutinaron en ésta, intentado ingresar, instante en que el carro lanza gases se acercó y el efectivo policial que estaba en la parte superior comenzó a dispararles con la escopeta antidisturbios, mientras otro uniformado a pie también comenzó a percutar su escopeta antidisturbios contra el grupo de personas.

En ese contexto, la víctima recibió el primer impacto de perdigón en su pierna izquierda, lo que provocó su caída al suelo del dolor, logrando sobreponerse y ponerse de pie, sin embargo, los funcionarios de Carabineros continuaron disparándole a pocos metros de distancia, recibiendo el impacto de once perdigones en su cuerpo: 2 en el tobillo izquierdo, 3 en el gemelo izquierdo, 3 en el muslo izquierdo, 1 en el glúteo izquierdo, 1 en el lado izquierdo de la espalda baja, y 1 en el muslo derecho.

Ulteriormente, E. pudo correr hacia la calle Braulio Arenas, y luego dirigirse hacia su domicilio, ubicado en calle Malen, entre Avenida Laguna Sur y calle Rukafe, comuna de Pudahuel.

Al llegar a su domicilio estaba su tío M.A., quien al verlo herido corrió a buscar a su hija A., que es estudiante de enfermería, para que pudiera brindarle primeros auxilios. Una vez que A. le revisó las zonas heridas, lo trasladaron en automóvil hacia el CESFAM Gustavo Molina.

En dicho centro de salud sólo le realizaron una limpieza, pues no contaban con los equipos médicos para esclarecer si tenía perdigones incrustados. Por ese motivo, le entregaron un salvoconducto para retirarse, pues había toque de queda, y le sugirieron que acudiera a un hospital para examinar con mayor detención las lesiones.

Así, el día 20 de octubre de 2019, la víctima acudió a la Urgencia del Hospital San Juan de Dios, donde le practicaron radiografías y detectaron que tenía 5 perdigones incrustados: 2 en el gemelo izquierdo y 3 en el muslo izquierdo. El médico tratante le señaló que no era posible extraerlos, toda vez que se encontraban en una zona profunda, por lo que debía esperar a que fueran expulsados naturalmente, recetándole analgésicos y le dieron reposo por 14 días.

Al día subsiguiente, 22 de octubre de 2019, E. se dirigió a la Clínica Bicentenario para consultar si podían operarlo. Le tomaron radiografías, confirmando el diagnóstico del Hospital San Juan de Dios, y un médico neurocirujano le indicó que no era posible extirpar los perdigones, pues al operar se podrían mover y generar un daño mayor, y por este motivo debía esperar hasta que estuvieran más visibles.

El día 27 de octubre de 2019, la víctima se dirigió al Colegio Médico junto a J.Q., amigo y vecino que también había sido herido por funcionarios de Carabineros el 19 de octubre de 2019.

En dicho lugar, le tomaron el relato de lo ocurrido y lo examinaron. Posteriormente, lo trasladaron hasta el Hospital Traumatológico para tomarle radiografías, confirmando el diagnóstico anterior. Asimismo, le mencionaron que no era posible realizar una intervención quirúrgica por el momento, pues podría generarle un daño interno.

El Colegio Médico elaboró un informe, con fecha 27 de octubre de 2019, que indica como diagnóstico clínico “1. Múltiples heridas por proyectil tipo perdigón, extremidades superiores e inferiores, región lumbar izquierda, dorso izquierdo, glúteo izquierdo. 2. trastorno adaptativo, estrés agudo, obs. estrés post traumático”.

Tras la atención, el Colegio Médico le ofreció tratamiento psicológico gratuito, por lo que Emilio comenzó una terapia psicológica.

En ese mismo sentido, es menester señalar que la víctima se encuentra actualmente con secuelas psicológicas y emocionales asociadas a los hechos de violencia que sufrió, las que son compatibles con aquellas señaladas en el Protocolo de Estambul en relación a las víctimas de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, que se manifiestan en dificultades para conciliar el sueño, miedo al ver a funcionarios de Carabineros y episodios de angustia.